miércoles, 11 de abril de 2012

¿Qué narices ven los hombres en el fútbol?

Hoy me toca de nuevo ver la tele en mi habitación....¿Por qué cada vez que hay un buen partido de fútbol, ellos nos relegan al dormitorio?, ¿Por qué no haremos nosotras lo mismo y cuando pongan en la tele una de esas pelis romanticonas y ñoñas, que tanto nos gustan, no les relegamos a ellos...pero no al dormitorio, sino a la tele de la cocina ja ja ja?

Pasarán los años, los lustros y las décadas y yo me seguiré preguntando ¿Qué narices ven los hombres en el fútbol? ¿Dónde está la gracia de mirar como juegan otros, gritando como si fueran el mejor entrenador en el mundo?.
Mirando a mi chico delante de la pantalla de la tele, convertido en una bestia salvaje (bueno...quizás no tanto ja ja ja ), he llegado a la conclusión que los nuestros chicos pierden el norte  por el fútbol por las siguientes razones:

1- PARA RECORDAR SU INFANCIA:

Todos los hombres, por distintos que sean , tienen algo en común: de pequeños todos jugaron al fútbol. En la playa, en una plaza, o en una calle cortada, no hay hombre que no haya corrido tras el balón con los amigos del barrio o en el recreo del colegio.
Aunque pasen muchos años, ellos no salen jamás de su infancia y empeñados en quedarse en la edad mental de diez años (aunque alguno tenga cuarenta y cuatro je je) se quedan embelesados mirando jugar al fútbol, aunque ya no les de él resuello para correr tras una pelota, y si se les ocurre echar un partido casi pierdan la respiración en el intento.
 Sería lo mismo si nosotras, ya cuarentonas pero super buenorras ja ja, pasáramos los domingos enteros embelesadas mirando por la tele cómo unas señoras de nuestra edad jugaran a las Barbies sentadas en el piso.
Ya sería grave que jugáramos a las Barbies pasada cierta edad, pero mucho peor sería mirar cómo juegan a las muñecas otras mujeres adultas. La diferencia entre hombres y mujeres es que a los hombres no les da vergüenza tan absurda actitud.

2-PARA TENER UN TEMA DE CONVERSACIÓN

 Los hombres, normalmente, no se caracterizan por sus capacidades de conversación. Pero así como están limitados para hablar de temas trascendentales en la vida, pueden mantener sesudas conversaciones acerca de si fue o no fue gol,  qué hubiera pasado si el goleador no se hubiera lesionado o si en vez de jugar de 7 lo hubieran puesto a jugar de 10.
 Mientras hablan del corner del partido de ayer tal vez su hijo  se esté yendo a vivir a Burkina Faso y su mujer se esté acostando con su jefe.. Pero de eso no hablan. Porque el tema central de conversaciones es siempre el fútbol.
Y para poder tener algún protagonismo hablando de fútbol, hay que estar informando.
Y para estar informando hay que mirar los partidos, porque si no, ¿de qué van a hablar?

3- PARA CANALIZAR LA VIOLENCIA

El fútbol ritualiza y hasta ensalza la violencia, legitimando la agresión hacia el contrincante. Y esto de tener una forma socialmente aceptada de escupir, insultar y agarrar a trompadas al prójimo es un alivio para los hombres, que en el fondo de sus almas añoran la caza del mamut y la época en que invadían aldeas vecinas.
Los trabajos cotidianos no requieren de un hombre su fuerza bruta, salvo para mover muebles o sacar la basura. Gritar: “¡gooooooool..!”, hasta quedarse afónicos  los llena  de satisfacción y de un orgullo que se asemeja al primitivismo absoluto.


4- PARA REAFIRMAR SU VIRILIDAD

Como ellos no tienen dónde mostrar su virilidad, y cada vez están más dudosos de la misma. Para diferenciarse de nosotras se aferran más que nunca a un territorio absolutamente masculino: el del fútbol.
 El fútbol no termina cuando ellos ya no pueden jugarlo, sino que siguen participando de él aunque sea como simples espectadores.. El fútbol les da a los hombres la certeza de que son hombres: les reafirma su identidad.
¡Como si las mujeres tuviéramos que ver campeonatos de tejido en la tele para reafirmar nuestra femineidad!

5-LES DA UN SENTIMIENTO DE PERTENENCIA

Un profesor de la Universidad de Kentucky llamado John Green escribió en el "Journal of Popular Science" que "Si un antropólogo extraterrestre sobrevolara nuestro planeta y viera en todas las ciudades grandes enormes edificios ovalados con un campo cuadrado en el medio, y espacios para ser llenados por decenas de miles de personas, él pensaría que son nuestro templos religiosos" 
 El deporte les da a millones d hombres una sensación comunitaria de luchar todos por la misma causa, de tener algo en qué creer, y hasta de armar bandos en guerra perpetua que reemplacen a la necesidad antigua de sentir que batieron a un enemigo en el campo de batalla, que ahora es la cancha.
Ese sentimiento de comunidad o pertenencia, de sentir que todos juntos desean lo mismo, y que aunque sea durante 90 minutos son todos hermanos —lograda a veces en una marcha política o en un recital de rock—, es lo que lleva a miles de hombres a seguir perdiendo tanto tiempo con el fútbol.
Para los hombres, el fútbol es una religión.

6- POR VAGOS

 Cada uno despliega en un partido de fútbol su propia neurosis, y encuentra  lo que quiere:  la oportunidad de hacer catarsis gritando como loco hasta quedar afónico, o  las ganas de proferir insultos irreproducibles a granel, o  divertirse con las payasadas de un mal jugador, o va a ver si aprende algo de un deporte que no domina.
Ninguno sabe bien lo que está pasando ahí...
No se puede mirar a veintidós hombres que corren al mismo tiempo. Los partidos son impredecibles, y ahí está la gracia: en la sorpresa del resultado final, y en creerse pitonisos si adivinan cómo terminará la cosa. Saber lo que pasa ahí no es importante. Lo importante es mirar y sentir.
Pero la verdad es que les fascina ver que los que se cansan son otros, no ellos.

7- PARA CONVERTIRSE EN SUPERMACHOS:

Un bebé varón pasa los primero años dos de su vida fascinado intentando meter palitos dentro de agujeritos. Ya sabemos para qué se está entrenando ja ja ja .
Como eso de poner palitos en agujeritos no es una tarea que se puede hacer en grupo, hasta que uno sea tan mayor como para asistir a orgías , los hombres debieron inventar otra manera de introducir una cosa adentro de otra de manera grupal que les siga recordando que la principal función en sus vidas es meter algo dentro de algo.
Para ellos es fundamental verificar que pueden meter una pelotita en un agujero, aún desde largas distancias ( golf) , que logran atravesar una red con la pelota ( tennis y voley ) , que meten una pelota en un aro ( basket) , que pueden hacerlo aún atravesando el campo contrario ( fútbol), y aunque los contrincantes se le lancen encima para detenerlo( rugby). Pueden hacerlo corriendo agachados y sobre patines ( hockey), subidos a un caballo ( polo), pueden meterla con un palo desde enormes distancias ( béisbol) o con el agua al cuello ( water polo).
Si los hombres se prueban a sí mismos que pueden meter algo que sale de ellos en un arco esquivo, pueden quedarse tranquilos.
Si lograron meter una pelota – equivalente a un espermatozoide gigante- en un arco - equivalente a un vagina grande, es que son machos ja ja ja.....

Y vosotras....¿qué pensais al respecto?, ¿está vuestra pareja en alguno de estos casos?....Animaos y contar vuestras experiencias con el fútbol




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